Sopa castellana

La Sopa Castellana es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía española, especialmente en la región de Castilla y León. Su historia se remonta a tiempos medievales y se considera un plato humilde, nacido de la necesidad de aprovechar ingredientes básicos como el pan duro, el ajo y el pimentón. En este texto, exploraremos la historia de esta sopa tradicional, su evolución a lo largo del tiempo y sus múltiples variantes, así como recetas detalladas para su preparación.

Historia de la Sopa Castellana

La Sopa Castellana tiene sus raíces en la cocina de los campesinos y pastores de Castilla. Durante la Edad Media, los ingredientes de la dieta popular eran simples y estaban basados en productos fáciles de conseguir y conservar, como el pan, el ajo, el aceite de oliva y algunos embutidos. La combinación de estos ingredientes dio lugar a una sopa energética y reconfortante, ideal para soportar los duros inviernos de la meseta castellana.

Se dice que esta sopa evolucionó a partir de antiguas preparaciones de la cocina árabe y judía, que incluían pan remojado en caldo con especias. Con la influencia cristiana, se incorporaron el pimentón y el jamón, ingredientes que se convirtieron en distintivos de la Sopa Castellana.

Durante el Siglo de Oro español, esta sopa comenzó a aparecer en escritos y recetarios como un plato fundamental de la cocina popular. Con el tiempo, la receta se fue adaptando a los gustos y recursos de cada familia, dando lugar a diferentes versiones que han llegado hasta nuestros días.

Ingredientes básicos y variantes

La Sopa Castellana tradicional se compone de los siguientes ingredientes esenciales:

  • Pan duro o del día anterior
  • Ajo
  • Pimentón (preferiblemente dulce o agridulce de La Vera)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Caldo (puede ser de ave, jamón o simplemente agua)
  • Jamón serrano
  • Huevos
  • Sal y pimienta al gusto

Sin embargo, existen múltiples variantes de esta sopa según la región y la disponibilidad de ingredientes:

  1. Sopa Castellana con Chorizo: Se añade chorizo en rodajas para intensificar el sabor.
  2. Sopa Castellana con Bacalao: Ideal para la Cuaresma, en la que se sustituye el jamón por bacalao desalado.
  3. Sopa Castellana con Setas: En otoño, se incorporan setas de temporada para un toque más aromático.
  4. Sopa Castellana con Queso: Algunas versiones incluyen queso rallado que se funde en la sopa caliente.

Receta tradicional de Sopa Castellana

Ingredientes (para 4 personas):

  • 200 g de pan duro en rebanadas finas
  • 4 dientes de ajo
  • 1 cucharada de pimentón dulce
  • 100 g de jamón serrano en tiras
  • 1,5 litros de caldo de ave o agua
  • 4 huevos
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta al gusto

Preparación:

  1. En una cazuela grande, calentar el aceite de oliva a fuego medio.
  2. Pelar y laminar los ajos, dorándolos ligeramente en el aceite sin que se quemen.
  3. Añadir el jamón serrano en tiras y saltear durante un minuto.
  4. Incorporar el pimentón dulce y remover rápidamente para que no se queme.
  5. Agregar las rebanadas de pan duro y mezclar bien con el sofrito.
  6. Verter el caldo caliente y llevar a ebullición.
  7. Cocinar a fuego lento durante unos 10-15 minutos hasta que el pan se deshaga y la sopa tenga una textura espesa.
  8. Cascar los huevos directamente en la sopa y dejar que se cuajen con el calor residual.
  9. Servir caliente en cuencos de barro, opcionalmente con un poco de perejil fresco picado.

Conclusión

La Sopa Castellana es un claro ejemplo de cómo la cocina tradicional puede transformar ingredientes sencillos en un plato reconfortante y lleno de historia. Con sus múltiples variaciones y su capacidad para adaptarse a distintos gustos, sigue siendo una receta muy apreciada en la gastronomía española. Si nunca has probado esta delicia, te animamos a prepararla en casa y disfrutar de su sabor auténtico y su historia centenaria.

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