Los bartolillos son un postre tradicional de Madrid, especialmente popular durante la Semana Santa. Se trata de unas empanadillas dulces rellenas de crema pastelera, que se fríen y se espolvorean con azúcar glas. Su origen se remonta a la repostería conventual, y hoy en día se pueden encontrar en muchas pastelerías madrileñas.
Descripción
Los bartolillos tienen una masa fina y crujiente, similar a la de las empanadillas, pero con un toque dulce. El relleno de crema pastelera es suave y cremoso, lo que contrasta perfectamente con la textura de la masa frita. Su forma característica es alargada y terminada en pico, lo que les da un aspecto distintivo y elegante.
Receta de Bartolillos
Ingredientes
Para la masa:
- 225 g de harina de trigo de repostería
- 50 g de harina de trigo de fuerza
- 60 g de manteca de cerdo ibérico
- 75 ml de vino blanco
- 4 g de sal
- 1 huevo (para pintar, opcional)
- Aceite de girasol o de oliva suave (para freír)
Para la crema pastelera:
- 500 ml de leche entera
- 130 g de azúcar
- 4 yemas de huevo
- 35 g de maicena
- 1 cucharada de esencia de vainilla
Preparación
- Crema Pastelera:
- En un bol, mezcla 130 g de azúcar, 4 yemas de huevo y la esencia de vainilla hasta que el azúcar se disuelva y las yemas blanqueen.
- Disuelve 35 g de maicena en 100 ml de leche y añade a la mezcla anterior.
- Calienta 400 ml de leche en un cazo a fuego medio-bajo. Cuando esté caliente, añade la mezcla de yemas y maicena, removiendo constantemente hasta que espese.
- Retira del fuego y deja enfriar cubriendo con papel film para evitar que se forme una costra.
- Masa:
- En un bol, mezcla 225 g de harina de repostería, 50 g de harina de fuerza, 60 g de manteca de cerdo y 4 g de sal.
- Añade 75 ml de vino blanco y amasa hasta obtener una masa lisa y firme. Si queda demasiado seca, añade un poco de agua fría.
- Envuelve la masa en papel film y deja reposar en la nevera durante 15 minutos.
- Montaje:
- Divide la masa en porciones iguales y estira cada una con un rodillo hasta que quede bien fina.
- Coloca una cucharada de crema pastelera en el centro de cada porción de masa, dobla y sella los bordes con un tenedor.
- Fríe los bartolillos en abundante aceite caliente hasta que estén dorados.
- Escúrrelos sobre papel absorbente y espolvorea con azúcar glas antes de servir.
¡Y ahí lo tienes! Un delicioso postre madrileño que seguramente encantará a todos. ¿Te animas a prepararlos?
Los bartolillos tienen una rica historia que se remonta a varios siglos atrás, siendo un dulce tradicional de la repostería madrileña. Su origen se encuentra en los conventos y monasterios de Madrid, donde las monjas elaboraban estos dulces para venderlos y así obtener ingresos para sus comunidades.
Orígenes
Los bartolillos se popularizaron especialmente durante la Semana Santa, cuando la tradición católica imponía restricciones en la dieta y se buscaban alternativas dulces para compensar la ausencia de carne. Las monjas, conocidas por su habilidad en la repostería, crearon estos deliciosos pasteles rellenos de crema pastelera, que rápidamente se convirtieron en un favorito entre los madrileños.
Evolución
Con el tiempo, los bartolillos pasaron de ser un dulce exclusivo de los conventos a ser elaborados en las pastelerías de la ciudad. Cada establecimiento desarrolló su propia versión, manteniendo la esencia del postre pero añadiendo pequeños toques personales. A pesar de los cambios y la evolución de la repostería, los bartolillos han mantenido su popularidad y siguen siendo un símbolo de la tradición culinaria de Madrid.
Significado Cultural
Hoy en día, los bartolillos no solo son un delicioso postre, sino también un recordatorio de la rica historia y tradición de la ciudad. Se pueden encontrar en muchas pastelerías durante todo el año, pero su presencia se intensifica durante la Semana Santa, cuando los madrileños y visitantes buscan disfrutar de este dulce tradicional.
Los bartolillos, como muchos otros dulces tradicionales, están rodeados de historias y anécdotas que enriquecen su legado.
La Leyenda de la Monja Repostera
Una de las leyendas más conocidas sobre los bartolillos cuenta que en un convento de Madrid vivía una monja con un talento excepcional para la repostería. Se dice que esta monja, conocida por su dulzura y amabilidad, creó los bartolillos como una forma de alegrar a sus compañeras durante los días de abstinencia de la Semana Santa. La receta fue un éxito inmediato, y pronto los bartolillos se convirtieron en el dulce más esperado del convento.
El Secreto de la Receta
Otra anécdota interesante es que, durante muchos años, la receta de los bartolillos fue un secreto celosamente guardado por las monjas. Solo se transmitía de una generación de monjas a la siguiente, y se decía que cualquiera que revelara el secreto sería castigada con la pérdida de su habilidad para cocinar. Esta aura de misterio contribuyó a la fama de los bartolillos y a su estatus casi mítico entre los madrileños.
La Competencia de Pastelerías
En tiempos más recientes, se cuenta que había una feroz competencia entre las pastelerías de Madrid para ver quién podía hacer los mejores bartolillos. Cada establecimiento tenía su propia versión y los clientes eran muy leales a sus favoritos. Esta competencia no solo elevó la calidad de los bartolillos, sino que también ayudó a mantener viva la tradición.
Estas historias y leyendas no solo añaden un toque de magia a los bartolillos, sino que también reflejan la importancia de este dulce en la cultura y la historia de Madrid.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.