Los Pimientos de Padrón son un clásico de la gastronomía española, especialmente popular como tapa o entrante. Originarios de la localidad de Padrón en Galicia, estos pequeños pimientos verdes tienen una peculiaridad: algunos son dulces y suaves, mientras que otros pueden ser sorprendentemente picantes. De ahí viene el dicho: “Os pementos de Padrón, uns pican e outros non” (Los pimientos de Padrón, unos pican y otros no).
Ingredientes:
- 250 gramos de pimientos de Padrón
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal gruesa o en escamas
Preparación:
- Lavar y secar los pimientos: Lava bien los pimientos bajo agua fría y sécalos con un paño limpio o papel de cocina. Es importante que estén bien secos para evitar que el aceite salte al freírlos.
- Calentar el aceite: En una sartén grande, calienta una buena cantidad de aceite de oliva virgen extra a fuego medio-alto. No es necesario que el aceite cubra completamente los pimientos, pero sí que haya suficiente para freírlos adecuadamente.
- Freír los pimientos: Cuando el aceite esté caliente (pero no humeante), añade los pimientos en tandas para no sobrecargar la sartén. Fríelos durante unos 2-3 minutos por cada lado, hasta que la piel esté arrugada y tengan un color ligeramente dorado.
- Escurrir y salar: Retira los pimientos con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Espolvorea con sal gruesa o en escamas al gusto.
- Servir: Sirve los pimientos de Padrón inmediatamente, mientras están calientes. Son perfectos como aperitivo o acompañamiento.
Consejos adicionales:
- El aceite: Utiliza un buen aceite de oliva virgen extra para freír, ya que aporta un sabor extra a los pimientos.
- La sal: La sal en escamas es ideal para este plato, ya que se adhiere mejor a los pimientos y realza su sabor.
- El picante: Si prefieres evitar los pimientos picantes, intenta seleccionar los más pequeños y de forma menos retorcida, aunque no hay garantía total de que no piquen.
La historia de los pimientos de Padrón es tan fascinante como su sabor. Estos pimientos tienen sus raíces en la localidad de Padrón, en la provincia de La Coruña, Galicia. Sin embargo, su origen no es europeo, sino americano.
Origen y llegada a Galicia:
Los pimientos de Padrón fueron traídos a Galicia en el siglo XVI por monjes franciscanos que regresaban de América, específicamente de México. Estos monjes cultivaron los pimientos en el huerto del convento de Herbón, una parroquia de Padrón, y desde allí se extendieron por la región.
Cultivo y características:
El clima y el suelo de Galicia resultaron ser ideales para el cultivo de estos pimientos. Los pimientos de Padrón son pequeños, de color verde y tienen una forma cónica. Su característica más distintiva es la variabilidad en su sabor: la mayoría son suaves, pero algunos pueden ser muy picantes. Esta variabilidad se debe a factores genéticos y ambientales.
Tradición y gastronomía:
Con el tiempo, los pimientos de Padrón se convirtieron en un elemento esencial de la gastronomía gallega y española. Se suelen consumir fritos en aceite de oliva y espolvoreados con sal gruesa, una preparación sencilla que resalta su sabor natural. En Galicia, se celebran fiestas y ferias en honor a este producto, como la Festa do Pemento de Herbón, que tiene lugar cada agosto.
Denominación de Origen Protegida (DOP):
En 2009, los pimientos de Padrón obtuvieron la Denominación de Origen Protegida (DOP) bajo el nombre de Pemento de Herbón, lo que garantiza su calidad y origen. Esta denominación protege a los productores locales y asegura que los pimientos etiquetados como “de Padrón” realmente provienen de la región.
Los pimientos de Padrón no solo son un delicioso aperitivo, sino también un símbolo de la rica historia y tradición agrícola de Galicia. Su popularidad ha trascendido fronteras, y hoy en día se pueden encontrar en muchos mercados y restaurantes fuera de España.
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