El Sobao Pasiego es un delicioso postre tradicional de la región de Cantabria, en el norte de España. Originario de los Valles Pasiegos, este dulce es conocido por su textura esponjosa y su sabor a mantequilla. Se suele disfrutar en el desayuno o la merienda, acompañado de un buen café o un vaso de leche.
Descripción del Sobao Pasiego
El Sobao Pasiego es un bizcocho rectangular, de unos 10×9 cm y una altura de aproximadamente 2 cm. Su color dorado y su aroma a mantequilla lo hacen inconfundible. La receta tradicional incluye ingredientes básicos como mantequilla, azúcar, huevos y harina, aunque algunas variantes pueden añadir un toque de miel o ralladura de limón para darle un sabor extra.
Receta del Sobao Pasiego
Ingredientes:
- 250 gramos de mantequilla de calidad (preferiblemente mantequilla pasiega)
- 250 gramos de azúcar
- 3 huevos
- 250 gramos de harina de repostería
- 1 sobre de levadura en polvo (16 gramos)
- Ralladura de un limón (opcional)
- Una pizca de sal
Instrucciones:
- Preparación del horno y moldes:
- Precalienta el horno a 180°C con calor arriba y abajo.
- Prepara los moldes para los sobaos utilizando papel vegetal cortado en cuadrados de 18×20 cm. Dobla los bordes para formar pequeñas cajas.
- Mezcla de ingredientes:
- En un bol grande, bate la mantequilla a temperatura ambiente junto con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa y blanquecina.
- Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
- Incorpora la ralladura de limón y la pizca de sal.
- Incorporación de la harina:
- Tamiza la harina junto con la levadura en polvo y añádela a la mezcla anterior poco a poco, mezclando con movimientos envolventes hasta que esté completamente integrada.
- Relleno de los moldes:
- Llena una manga pastelera con la masa y corta la punta para dejar un agujero de aproximadamente 1 cm.
- Rellena los moldes hasta 3/4 de su capacidad.
- Horneado:
- Coloca los moldes en una bandeja de horno y hornea durante unos 20 minutos o hasta que los sobaos estén dorados y al pinchar con un palillo, este salga limpio.
- Enfriado y disfrute:
- Deja enfriar los sobaos sobre una rejilla para que se aireen y no se humedezcan por debajo.
- Una vez fríos, disfruta de estos deliciosos sobaos pasiegos con un café o un vaso de leche.
Este postre es una auténtica joya de la repostería cántabra y su preparación, aunque sencilla, requiere de buenos ingredientes y un poco de paciencia. ¡Espero que disfrutes haciendo y degustando estos deliciosos sobaos pasiegos! 😋
El Sobao Pasiego tiene una rica historia que se remonta a los Valles Pasiegos en Cantabria, una región conocida por su tradición ganadera y lechera. Este postre surgió como una forma de aprovechar los ingredientes locales, especialmente la mantequilla, que es un producto emblemático de la zona.
Orígenes
El sobao original era una preparación mucho más sencilla que la actual. Se hacía con masa de pan a la que se añadía mantequilla, azúcar y huevos. Con el tiempo, la receta fue evolucionando hasta convertirse en el sobao que conocemos hoy, con una textura más esponjosa y un sabor más dulce y mantecoso.
Evolución y Popularización
En el siglo XIX, el Sobao Pasiego comenzó a ganar popularidad fuera de los Valles Pasiegos gracias a los pastores y comerciantes que llevaban este dulce a otras regiones. La receta se fue perfeccionando y estandarizando, y en el siglo XX, el sobao se convirtió en un símbolo de la repostería cántabra.
Denominación de Origen
En 2004, el Sobao Pasiego obtuvo la Indicación Geográfica Protegida (IGP), lo que garantiza que los sobaos etiquetados como “pasiegos” cumplen con ciertos estándares de calidad y se elaboran en la región de los Valles Pasiegos. Esta denominación protege la autenticidad del producto y asegura que se mantenga la tradición en su elaboración.
Significado Cultural
El Sobao Pasiego no es solo un postre, sino también un símbolo de la identidad y la cultura de Cantabria. Representa la tradición, la calidad de los productos locales y el saber hacer de generaciones de reposteros. Hoy en día, los sobaos se disfrutan en toda España y más allá, pero siempre llevan consigo un pedacito de los Valles Pasiegos.
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