Sopa de cebolla gratinada

La sopa de cebolla gratinada es un plato emblemático de la gastronomía francesa, cuya historia se remonta a la Edad Media. En sus orígenes, era una comida humilde, consumida principalmente por campesinos y trabajadores debido a la disponibilidad y bajo costo de la cebolla. Con el tiempo, esta receta evolucionó hasta convertirse en una especialidad apreciada en la alta cocina francesa.

Se dice que la versión moderna de la sopa de cebolla gratinada nació en el siglo XVII, cuando los cocineros franceses comenzaron a añadir pan tostado y queso fundido a la preparación. Uno de los relatos más populares atribuye su popularización al rey Luis XV, quien, tras una jornada de caza, encontró en su cocina solo cebollas, mantequilla y champán, ingredientes con los que improvisó la primera versión de este platillo.

En el siglo XIX, la sopa de cebolla se consolidó en los bistrós parisinos, sirviéndose como un plato reconfortante para los noctámbulos y trabajadores del mercado de Les Halles en París. Hoy en día, sigue siendo un ícono de la cocina francesa y un plato ideal para los días fríos de invierno.


Trucos para una Sopa de Cebolla Gratinada Perfecta

  1. Caramelizar bien la cebolla: La clave del sabor profundo de esta sopa está en la caramelización lenta de las cebollas. Cocínalas a fuego medio-bajo durante al menos 30-40 minutos hasta que adquieran un tono dorado oscuro.
  2. Usar un buen caldo: Un caldo de res casero o de buena calidad realza el sabor de la sopa. También se puede utilizar caldo de pollo o incluso una combinación de ambos.
  3. Vino o brandy para profundidad: Un toque de vino blanco seco o brandy aporta una dimensión extra al sabor de la sopa. Se debe agregar después de la caramelización y cocinar hasta que se evapore el alcohol.
  4. Pan crujiente: Elige un pan rústico o baguette tostada para que absorba la sopa sin deshacerse por completo.
  5. El queso correcto: El queso Gruyère es el más tradicional para gratinar, pero se pueden usar alternativas como Comté o Emmental.
  6. Gratinar adecuadamente: Para lograr una costra dorada y crujiente, gratina la sopa en el horno con el pan y el queso hasta que burbujee y adquiera un tono dorado.

Receta de Sopa de Cebolla Gratinada

Ingredientes:

  • 6 cebollas grandes (preferiblemente dulces)
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 1 litro de caldo de res
  • 1/2 taza de vino blanco seco
  • 1 cucharada de harina
  • Sal y pimienta al gusto
  • 1 baguette cortada en rebanadas
  • 200 g de queso Gruyère rallado
  • 1 diente de ajo

Preparación:

  1. Caramelizar las cebollas: En una olla grande, calienta la mantequilla y el aceite de oliva a fuego medio-bajo. Agrega las cebollas en rodajas finas y cocínalas lentamente, revolviendo ocasionalmente, hasta que estén bien caramelizadas (30-40 minutos).
  2. Añadir harina y vino: Espolvorea la harina sobre las cebollas y mezcla bien. Luego, agrega el vino blanco y deja que se evapore el alcohol.
  3. Incorporar el caldo: Vierte el caldo de res caliente, salpimienta al gusto y deja cocinar a fuego lento durante 20 minutos.
  4. Preparar el pan: Mientras se cocina la sopa, frota las rebanadas de pan con el diente de ajo y tuéstalas en el horno hasta que estén doradas.
  5. Montaje y gratinado: Sirve la sopa en recipientes resistentes al horno, coloca una rebanada de pan sobre cada porción y cubre con queso rallado. Gratina en el horno a 200°C hasta que el queso esté dorado y burbujeante.
  6. Servir caliente: Disfruta esta sopa humeante y reconfortante acompañada de un buen vino blanco o tinto ligero.

Esta receta clásica de sopa de cebolla gratinada sigue siendo una de las más queridas en la cocina francesa, un plato que combina tradición, sencillez y un sabor inigualable.

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